jueves, 10 de noviembre de 2011

Decapita y asesina a su hija de dos años en Girona por «orden del diablo»

Cometió el crimen ante la hermana de 6 años que estaba viendo la televisión 

El padre y presunto autor de la muerte de la niña sale detenido. :: R. T.

Consternación y dolor en Girona por la muerte violenta de una niña. Un hombre acabó ayer jueves con la vida de su hija pequeña de dos años. El supuesto agresor decapitó a la criatura con un cuchillo en presencia de su hermana, de seis años, que ajena a lo que estaba pasando permanecía viendo la televisión en el salón del piso. Eran las doce del mediodía y fue el padre, de unos 35 años, el que llamó a los servicios de emergencia para relatar lo que acababa de hacer. Su explicación no pudo ser más macabra: «El diablo me ha dicho que mate a mi hija», declaró a los policías después de ser detenido. Varios vecinos de la calle Oviedo de Girona ratificaron la siniestra versión. «El diablo, el diablo está aquí» escucharon por el balcón por espacio de unos diez minutos.
Cuando los agentes se presentaron en el domicilio, volvió a repetir que el diablo seguía en el interior del piso. Aunque fue él quien llamó a los Mossos, puso una fuerte resistencia antes de ser arrestado y presa de los nervios fue necesaria la actuación de seis policías y una inyección de calmantes para poder reducirle. La escena que se encontraron los agentes en la casa era mucho más espeluznante que la de una película de terror: el cuerpo de la menor yacía decapitada sobre su cama.
La madre, destrozada
Horas después, la madre de las criaturas, que no se encontraba en casa en el momento del trágico suceso, tuvo que ser atendida de un ataque de nervios cuando se enteró de lo ocurrido. Los servicios sociales se hicieron cargo de la hermana de la víctima y el supuesto agresor fue ingresado en el hospital psiquiátrico de Salt (Girona), donde le practicaron unas pruebas y posteriormente fue conducido a la comisaría de los Mossos.
Según relataron los vecinos, la pareja, de origen colombiano, llevaba dos años viviendo en el barrio de Sant Narcís, de Girona. Al parecer, el hombre estaba en el paro y se ocupaba de las niñas, mientras que la mujer trabaja en sanidad. Como suele ocurrir en estos casos, había disparidad de opiniones entre el vecindario: había quien no había sospechado nunca nada y los que ya barruntaban algo. «Hubiera puesto la mano en el fuego por él, le hubiera ayudado en cualquier cosa», relató una mujer. «Este hombre no estaba bien», dijo otra.
El alcalde de Girona, Carles Puigdemont, calificó el crimen «de tal monstruosidad que es imposible comprender la verdadera dimensión del hecho». Puigdemont añadió que la noticia causó un «gran impacto» entre los ciudadanos, que están llamados a concentrarse este viernes a las puertas del Ayuntamiento para condenar el asesinato.
«Cuando me ha llamado el jefe de la policía para informarme, he sentido un estremecimiento que todavía me dura y he pensado en seguida en la madre y la hermana de la víctima», concluyó el alcalde.

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