lunes, 5 de diciembre de 2011

Trabajo del menor en las fábricas concesionarias de la Nike



En una situación de tanto atropello es evidente que también se ve afectado el trabajo infantil. Según una investigación realizada en 992 por la universidad de Yakarta «Atina Jaya», en Indonesia los niños traba-jadores son dos millones y medio. El 10% de ellos están empleados en la industria manufacturera y se encuentran un poco en todas las fábricas, sea en las que producen para el mercado local, sea en las que trabajan para el exterior.
Verdaderamente, en Indonesia el trabajo infantil está legalizado. 
A pesar de ello no sabemos con precisión cuántos son los niños que trabajan, porque las empresas prefieren no declararlo, contra lo que prescribe la ley. En caso de control ellas obligan a los niños menores de 14 años a declarar que tienen más, con lo cual la prohibición de hacer trabajar a los niños mas de cuatro horas al día, de no hacerles trabajar de noche, de no destinarlos a trabajos peligrosos, y otras reglas más impuestas por la ley, son letra muerta.
De la investigación citada resulta que el 70% de los niños ocupados en la industria trabaja más de 45 horas semanales, a excepción del área de Yakarta donde el 66% de los niños trabaja más de 60 horas semana les. En definitiva, en esta zona el horario medio de los niños es de casi 10 horas diarias.
En cuanto a los salarios. la media es de 8.000 rupias semanales, equivalente al 38% del salario previsto para los adultos: «Sólo haciendo horas extraordinarias, trabajando hasta las diez de la noche, llego a ganar 14.000 rupias semanales», dice lyah, que trabaja en una fábrica de bizcochos de Tangerang.
lyah, que tiene 12 años. ha comenzado a trabajar hace 14 meses. Sus padres viven lejos, en el villorrio de Chomas en el Sewrang, y aquí en Yakarta vive con cuatro amiguetes de la misma edad en una barraca de tres metros por tres, alquilada. Cada día Iyah abandona la barraca a las siete de la mañana y vuelve a las siete de la tarde: «Es que ahora tenemos mucho trabajo que hacer, y debo trabajar hasta las diez de la noche», dice con una expresión cansada».
De todos modos la situación de lyah es mejor que la de Jumerna, que trabaja en una fábrica de zapatos. Aunque labora cerca de diez horas al día, esta niña recibe sólo 9.750 rupias a la semana: «Si no llegamos puntuales al trabajo nos castigan quitándonos la paga de todo el día», se lamenta Jumerna (Kompas, The Cornered: Child Workers, 21/7/1991, en J. Ballinger, op. cit.)
Además de trabajar muchas horas diarias por una paga ridícula, los niños también están destinados a trabajos peligrosos. Según un estudio conducido por KOMPAK, asociación para los derechos de los menores, el 22% de los niños habita en casas peligrosas, sin ningún tipo de protección. En Yakarta hay una fábrica química con 8.000 dependientes. 600 de los eriales son adolescentes entre los doce y los dieciséis años. Muchos de ellos están destinados a llenar bombonas y presentan graves problemas pulmonares porque están siempre en contacto con emanaciones y polvos tóxicos. La fábrica se llama A.T. Sinar Plata y pertenece a una firma alemana. Entre sus productos está también el «Baygon» (Factory Children in Indonesia, «Child Workers of Asía», vol. 9 u. 2, abril de 1993).
Un informe del sindicato americano AFLCIO del 1991 denuncia la presencia de niños también en las fábricas que producen para la Nike. Son la THI, la HASI y la PAl. En el informe se especifica que en la PAl los niños de doce años están empleados en el departamento de encoladuras, y que en la ASI algunas niñas de 14 años trabajan en el departamento de costura durante 50 horas a la semana. Por norma el salario es un 40% más bajo que el de los adultos (AAFLl/lndonesia. Sports Shoes lndusdry in Indonesia, 23/9/1991, citado en Sorno op. cit.).


Extraído del libro Sobre la piel de los niños.

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