lunes, 19 de diciembre de 2011

MITOS Y REALIDADES, de las agresiones sexuales.

En el caso de mujeres
 
La agresión sexual está ligada al deseo sexual del autor. 
Lo cierto en que en gran parte de este tipo de delitos no aparece un objetivo sexual claramente identificable, pero sí una humillación de contenido sexual hacia la mujer. El componente fundamental de la violación no es el sexo, sino la hostilidad /poder hacia la víctima.


  • Existe una provocación previa por parte de la mujer de forma directa o indirecta (ropa ajustada, minifalda, maquillaje...). 

    La realidad es que el agresor es quien selecciona a la víctima- objetivo, no tanto por su aspecto físico- sensual (edades jóvenes...) sino por la posible utilización en el logro de sus objetivos.

  • Los delincuentes sexuales reinciden más que los delincuentes comunes.

      Realmente la reincidencia es igual o menor, pero la repercusión social de los actos cometidos por reincidentes es sobredimensionada por los medios sociales. Dentro de los colectivos policiales e incluso de otros profesionales (salud mental, servicios sociales...) existe la convicción del violador ocasional/oportunista como una persona que no suele repetir las agresiones.
  • La víctima debe resistirse físicamente. 

    Eso no es así, y al igual que en el resto de los delitos, la víctima aparece dependiente y sumisa la mayoría de veces. Socialmente, a la víctima se una agresión sexual se le exige una defensa de su integridad sexual a ultranza, mientras ello no sucede en otro tipo de delitos respecto al bien jurídico protegido. Paralelamente a otros delitos, cuando la coacción inicial del autor es muy elevada (arma de fuego), el grado de resistencia física de la víctima se reduce al máximo.
  • Las agresiones sexuales se producen entre personas desconocidas previamente.

    No es así, la mayoría de as víctimas conocían previamente a sus agresores: marido, amante, novio, jefe, padre, vecino o conocido en discoteca.
  • Las violaciones siempre suceden en lugares oscuros y apartados. 

    Lo cierto es que aunque una gran parte de ellas son en este tipo de lugares, también se producen en los más variados lugares y horas.
  • Hay un gran volumen de denuncias falsas en los casos de violación. Esto no se ve apoyado en las estadísticas oficiales policiales. En el caso de mujeres  
  • En el caso de niños
    • Las historias que cuentan los /as niño /as sobre abusos sexuales son fruto de su imaginación. 

      Un niño /a no puede fantasear o inventar mentiras sobre sí mismo, si no ha tenido experiencia real con estas cosas; los objetos y los actos que no existan o no hayan existido en el medio del niño /a, tampoco aparecen en su fantasía. Si un niño /a cuenta un relato irreal, casi siempre hay un adulto detrás manipulándolo.
    • Los abusos sexuales son muy infrecuentes o no existen. 

      Debido a que la mayor parte de los casos no son denunciados, es difícil saber la verdadera magnitud del problema, por lo que se ha tenido que recurrir a los estudios basados en los testimonios que se tienen sobre la infancia para poder aproximarse más a la frecuencia real. Estos estudios ofrecen porcentajes realmente altos, en torno al 22,5 % para las mujeres y un 15,3 % para los hombres. Esto significa de una de cada cuatro mujeres y uno de cada seis hombres han recibido alguna forma de abuso sexual cuando eran niños.
    • Las personas que abusan de niños presentan graves patologías mentales o perversiones sexuales. 

      La utilización sexual de los niños es algo que resulta inconcebible por la mayoría de la sociedad. La suposición inmediata que nos hacemos es que son personas que no pueden andar muy bien de la cabeza para hacer eso. Sin embargo los estudios reflejan que las personas que cometen estos delitos son aparentemente normales.
    • Las personas que abusan de niños suelen ser siempre personas marginadas social y económicamente. 

      Las agresiones sexuales infantiles se producen en todos los grupos sociales, pero lo que se ha podido comprobar es que los agresores de clases acomodadas acuden más a relaciones bajo pago en redes de prostitución infantil en las grandes ciudades y /o en el caso del turismo sexual al Tercer Mundo. Más de 100.000 niños filipinos viven de la prostitución. Los principales clientes son turistas extranjeros.
    • Los abusos son cometidos por personas desconocidas. 

      En contra de esta opinión bastante difundida sobre el desconocido malo y secreto que atrae a los niños con bombones y caramelos, la mayoría de las veces los niños/as son víctimas por parte de adultos que pertenecen al círculo más cercano de allegados o de parientes.
    • Si los abusos ocurrieran en nuestro entorno nos enteraríamos. 

      La realidad es bien distinta ya que muchas veces el abusador se ocupa de que el niño no cuente lo ocurrido (mediante engaños o amenazas). Otras veces las personas conocedoras del hecho tienden a ocultarlo.
    • Se trata de un desliz bajo los efectos del alcohol. Puede coincidir que un hombre que abuse de los niños 
      .
      También tenga problemas con el alcoholismo, pero no es el causante, sino que por sus efectos deshinibidores puede facilitar el suceso.
    • La sexualidad entre adultos y niños fomenta el desarrollo de la sexualidad infantil. Los niños no son personas asexuales. Como en casi todos los temas, también tienen curiosidad por los temas sexuales, pero un niño no alcanza a comprender la sexualidad adulta. Por ejemplo, un niño percibe a un adulto excitado como una amenaza.
    • Los niños seducen a los adultos y son los verdaderos provocadores.

      Se trata de una justificación muy utilizada por los adultos que han cometido abuso sexual, liberándose así de su culpa. Sin embargo suceda lo que suceda y sea como fuere, el adulto es siempre el responsable, ya que para los niños estos actos no pueden tener el mismo resultado. Es especialmente peligrosos atribuir la responsabilidad a los menores, ya que se fomenta su culpabilidad y se dificulta la superación de los efectos negativos consecuentes a una situación de abuso.
    • Si la madre de un niño se enterara de que su hijo ha sido objeto de un abuso sexual, no lo consentiría y lo comunicaría a alguien o lo denunciaría. 

      Pero en contra de lo esperado, sobre todo si el agresor es un miembro de propia familia, bastantes madres reaccionen ocultando los hechos con el fin de retener al marido y obtener seguridad familiar.

    • En la actualidad hay más abusos de menores que antes. 

      No sabemos los que se daban en el pasado, aunque no eran infrecuentes, lo que ocurre es que ahora son mayormente denunciados y consecuentemente estudiados por los profesionales.
    • Los abusos sexuales van casi siempre asociados a violencia física. Recurrir a ella es más bien una excepción.

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