jueves, 15 de noviembre de 2012

El banco malo estatal desinflará los precios inmobiliarios hasta un 60 %

 

 

Tendrá de margen 10 años para deshacerse del ladrillo y pinchar definitivamente la burbuja.

El plan que tiene Economía sobre la mesa para dar salida los activos tóxicos -inmobiliarios principalmente- de la banca española pasa por unificar en un mismo banco malo estatal los activos inmobiliarios de las cuatro entidades controladas por el Estado y, además, todas aquellas que sean recapitalizadas con cargo al fondo de rescate europeo para la banca. Solo las nacionalizadas BFA-Bankia, Novagalicia y Catalunya Caixa suman más de 50.000 viviendas en stock por un valor, a día de hoy poco claro por su continua devaluación, que rondaría los 15.000 millones de euros.
El día 24 el Consejo de Ministros dará luz verde a esta agencia de gestión inmobiliaria, un organismo de enormes proporciones que será el encargado de fijar los precios del mercado de todos esos activos. De acuerdo con lo ocurrido en el caso irlandés, podrían provocar caídas de entre el 50 y el 60 % sobre el precio actual, según reconocen fuentes financieras. «El rescate europeo a la banca española, supondrá un descenso adicional en el precio de la vivienda, ya que lo que se persigue es el saneamiento de las entidades financieras colocando dichos activos inmobiliarios en una gran agencia estatal a precio de mercado a medio plazo, reconociendo las pérdidas de su cartera inmobiliaria», explican.
No solo los bancos lo saben. También lo reconocen en el sector inmobiliario. «Aquellas entidades que tengan que ser rescatadas se verán obligadas a poner al día sus balances, y por consiguiente, un abaratamiento de su stock de viviendas. Esto llevará aparejado que particulares y profesionales se vean obligados también a ajustar sus precios para competir con la oferta, por lo que asegura que se podrán ver viviendas de segunda mano con rebajas de hasta el 65 % respecto a niveles del 2006», aseguran los promotores.
Un desplome moderado
No será un desplome de precios brusco, sino moderado, porque según lo avanzado por el ministro de Economía, Luis de Guindos, el banco malo tendrá diez años de vida. Eso equivale a decir que el Gobierno se da un decenio de margen para pinchar la burbuja inmobiliaria, puesto que esta gran agencia inmobiliaria estatal va a disponer hasta el 2022 para vender los activos inmobiliarios tóxicos.
Pero además significa también que el Ejecutivo se da un plazo considerable para solucionar la reestructuración del sistema bancario puesto que la banca en apuros podrá aparcar en ese banco malo «otros activos y créditos problemáticos» hasta el 2022, según explican fuentes de Economía. Préstamos fallidos, a empresas, por ejemplo.
Para pinchar la burbuja inmobiliaria, el Gobierno confía en el funcionamiento y la financiación del banco malo, que contará con una aportación de 25.000 millones de capital, con cargo al fondo de rescate europeo. «Actuará como una sociedad de liquidación de activos acumulando suelo y vivienda que pagará a los bancos con dinero del FROB», afirma Economía, que aclara que ese dinero servirá para sanear los balances bancarios y su financiación permitirá desinflar la burbuja poco a poco.
El banco malo recibirá créditos a largo plazo para pagar a la banca (con vencimientos hasta en 15 años) al tiempo que recibirá ingresos a corto plazo al ir colocando suelo poco a poco, evitando malvenderlo.

 

 

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